El icónico Final Fantasy IX cumple 20 años

Cautivante desde que los créditos de presentación dicen presente que el juego te envuelve en su ambientación a punta de instrumentos de viento. Mostrando algunas escenas del título que te hacen entender el escenario en el cual estarás desarrollando parte de la historia presentando a cada uno de los personajes con una frase que representa su personalidad.

Es una historia difícil de describir por la forma en que muta. En Final Fantasy VII y VIII nos encontramos con la base de la historia muy temprano en el juego, todo es consecuencia de lo que sucede al principio de la misma y los misterio se resuelven de maneras más rápidas. Sabemos de la existencia de Sephiroth y Ultimecia desde temprano, y sabemos que el objetivo es acabar con ellos. En IX no es el caso, crees saber a quien debes derrotar en todo momento, pero siempre aparece alguien que es responsable de un esquema más amplio y profundo.

En Final Fantasy IX es todo diferente, la presentación de cada personaje está muy bien cuidada. Zidane junto a Thantalus haciendo claras sus intenciones de secuestrar a la Princesa Garnet de Alexandria; Vivi que es un mago negro totalmente inocente que solo quiere ver una obra de teatro al principio y termina teniendo una de las historias más profundas que el género puede entregar;Garnet misma que desde el primer segundo hace notar su incomodidad cerca del trono; Steiner como el leal caballero de deber que cumplirá con su tarea de proteger a la princesa a toda costa; Freya como una soldado rata que abandonó su ciudad (Burmecia) luego de la desaparición de su novio; Quina una desinteresada quan que solo busca comidas deliciosas por el mundo; Amarant en su misión de encontrar a los rivales más fuertes para derrotar; y Eiko, que es una niña a cargo de una aldea, en la que la acompañan muchos moogles, de la cual ella es la última sobreviviente.

Presentados todos de gran manera y con algo que no todas las entregas de esta generación Final Fantasy tienen, que es la identidad en cada uno de ellos a nivel de jugabilidad. Tu equipo lo armabas según lo que querías jugar; Zidane era el ladrón, Garnet y Eiko las magas blancas (aún así, ambas con diferentes habilidades), Quina la maga azul, Vivi el mago negro, Steiner el caballeo, Amarant y sus habilidades de monje, y Freya como lancera. Todos con su rol por cumplir y útiles bajos sus propios términos.

Para quienes en aquel entonces habían jugado antes Final Fantasy, sobretodo del I al V, sintieron ese regreso a las raíces con un nivel único de perfección que sacó casi el máximo del provecho a la tecnología de la PlayStation original, era un juego de cuatro discos. Estos toques nostálgicos se vieron muy bien acompañados con diversos mini juegos, como Tetra Master (juego de cartas coleccionables) y los clásicos Chocobos. Sin ir más lejos, entre fanáticos siempre se discute, pero se llega al acuerdo de que Final Fantasy IX tiene la mejor implementación del sistema Chocobos.

Algo que también es de considerar, es que quizás este es el pináculo del trabajo de Nobuo Uematsu como compositor. La música de este título es de principio a fin atrapante y siempre ad hoc a cada uno de los ambiente. Utilizó todo lo posible, desde piano de cola, vientos varios, coros, referencias a Queen, guitarras eléctricas, gritos quejumbrosos y a todo le supo dar un sentido. Cada melodía es un momento importante y se retrata al punto de dejar los pelos de punta.

Este juego supo envejecer muy bien y es uno de los más revisitables por lo entretenido que es y el nivel contenido que trajo consigo, sin mencionar lo entrañables que son los ocho protagonistas de la historia. Más aún considerando a los secundarios como Beatrix, la banda Thantalus, Regente Cid, entre otros.

Final Fantasy IX cumple 20 años y es un RPG clásico que siempre valdrá la pena jugar. Te recomendamos hacerlo, lo puedes encontrar en todas las plataformas modernas. Disponible para PlayStation 4, Xbox One, Nintendo Switch, Steam (en estos momentos a $7.250), iOS y Android.