Por qué GTA V roleplay se convirtió en un fenómeno que vale la pena conocer

Desde recolector de basura hasta ser narcotraficante es posible cuando se rolea. Pero el roleplay no es algo nuevo: múltiples juegos llevan implementando este tipo de modalidad desde hace años. Sin embargo, pareciera que el título de Rockstar ha ganado mayor popularidad en el último tiempo.  Lanzado en 2013, Grand Theft Auto V sigue siendo —con más de 120 mil jugadores diarios— uno de los videojuegos más vigentes en el mundo y con el eco que ha alcanzado su variante de roles está lejos de dejar de serlo.

La razón de esta notoriedad puede encontrarse, por ejemplo, en las posibilidades y atractivo que significa representar a un personaje en un mundo virtual tan realista, tanto en su gráfica como en sus situaciones, donde el rol que se caracteriza tiene una realidad física y psicológica determinada que va evolucionando, además de existir la capacidad de interpretarlo oralmente, la interacción directa e intuitiva con otros jugadores y el entramado de historias que se van creando en conjunto mediante ese proceso.

Habitar otro cuerpo y relacionarse con otros mientras se recorre Los Santos, la gran ciudad ficticia y satírica inspirada en Los Ángeles, resulta todavía más llamativo si se considera que en la realidad existe una pandemia que ha obligado a las personas a aislarse y encerrarse en sus casas. Pero además del atractivo mismo que ofrece GTA V y las circunstancias sanitarias que han incrementado el tiempo frente a las pantallas, ocio, estrés y necesidad de entretenimiento, el GTA V roleplay también ha adquirido mayor visibilidad por el auge de los streamers.

A través de plataformas como Youtube y Twitch, el Rubius, Ibid, TheGrefg  y muchos otros han logrado forjar verdaderas comunidades, en las que miles de espectadores se reúnen a seguir sus narrativas. 

Otro ejemplo de esto se dio con la llegada del reconocido youtuber AuronPlay (Raúl Álvarez) a Twitch y la serie que ha construido junto a su par Perxitaa (Jaume Cremades), con quien lleva una seguidilla de capítulos que relatan las anécdotas de Gustabo y Horacio, personajes que han maravillado a sus seguidores, al punto de considerarlos entrañables. 

Es por eso que tampoco es necesario jugar GTA V para que disfrutar del roleplay: puedes cautivarte con esta trama, su giros y la complejidad de sus protagonistas sin nunca haber tocado un videojuego antes, e incluso podría sacarte unas lágrimas el episodio final. Si no la has comenzado, debes dar click acá: 

Jordy Vera (NekroQr en sus plataformas), quien descubrió este fenómeno hace dos años y hoy es administrador del servidor chileno Brotherhoodcity, comenta que GTA V roleplay “ofrece a cualquier jugador muchas horas de entretención. Es una forma de expresarse, conocer a otros, reírse y formar lazos muy fuertes. La experiencia de ejercer un rol es única: abre un mundo cibernético donde las limitaciones son prácticamente nulas, en un momento en que las posibilidades de salir son las mismas”. 

Las tardes de acción que entregan estas transmisiones han llevado a los usuarios a interesarse y no únicamente como viewers, sino que cada vez más personas quieren rolear.  

Si eres una de ellas, esto necesitas para comenzar:

- Una copia del Grant Theft Auto V en tu PC, si es que es compatible.

- Descargar un cliente de juego modificado como FiveM y la herramientaDiscord para poder comunicarte con las comunidades. 

- Intentar acceder a alguno de los variados y solicitados servidores. Puedes buscarlos en la página Trackyserver. Hay algunos más libres y otros cerrados, así como unos permisivos y otros más serios. 

- Si es el segundo caso, deberás pasar un examen o esperar en la whitelist a que se evalúe si cumples con los requisitos de convivencia específicos según las reglas del server.

Con esto, ya estarás listo para vivir esta experiencia. Quizás no vas a partir interpretando al personaje con el cargo más elevado pero, como en la vida, así se empieza. Si disfrutas de las buenas historias, deberías darle una oportunidad a GTA V roleplay.

Por Paula Álvarez.