Arrestan a hombre por grabar ilegalmente Demon Slayer: Infinity Castle
Un joven fue arrestado en Japón por grabar ilegalmente Infinity Castle el día de su estreno, desatando una fuerte respuesta de la industria del anime.
Un hombre de 24 años fue arrestado por las autoridades japonesas bajo sospecha de haber grabado en secreto la película Kimetsu no Yaiba: Infinity Castle durante su estreno oficial el pasado 18 de julio. El incidente ha generado un fuerte debate en la comunidad anime, especialmente por tratarse de una de las producciones más esperadas del año.
¿Qué sucedió?
El detenido, identificado como Shim Jun-woo, un estudiante de una escuela vocacional en Tokio, fue inicialmente arrestado el 30 de julio por presunto robo, tras utilizar una tarjeta de crédito ajena para comprar aproximadamente 200 discos Blu-ray de anime, con un valor estimado de más de 1.3 millones de yenes (unos 8,800 dólares).
Sin embargo, durante la investigación, la policía encontró en su teléfono una grabación completa —de aproximadamente 2 horas y 35 minutos— de Infinity Castle, capturada el mismo día de su estreno en cines. Este descubrimiento llevó a su re-arresto bajo cargos de infracción a la Ley de Derechos de Autor y a la legislación japonesa contra grabaciones no autorizadas en salas de cine.
Una película en la mira
Kimetsu no Yaiba: Infinity Castle ha sido un fenómeno de taquilla en Japón, convirtiéndose en la tercera película japonesa más taquillera de la historia, superando a Your Name. El film forma parte del clímax de la saga y ha sido recibido con gran entusiasmo por fans en todo el mundo.
Debido a su alta expectativa, los responsables del proyecto ya habían emitido advertencias legales meses antes. En mayo, se filtró un tráiler exclusivo, y en julio circularon escenas de la película en redes sociales, lo que llevó al comité de producción a emitir un mensaje público advirtiendo consecuencias legales para cualquier responsable.
Sanciones severas
En Japón, grabar una película en el cine sin permiso constituye un delito grave. La ley puede castigar estos actos con hasta 10 años de prisión, multas de hasta 10 millones de yenes, o ambas sanciones. Esta legislación busca proteger tanto los derechos de autor como la experiencia del espectador.
La industria responde
El comité de producción de Kimetsu no Yaiba, compuesto por estudios como ufotable y distribuidores como Aniplex y Toho, reiteró su compromiso con la protección del contenido audiovisual. Afirmaron que perseguirán penalmente a quienes participen en filtraciones, incluso si actúan de forma anónima, y llamaron a los fans a apoyar la obra de forma legal.
Este caso marca un precedente importante en la lucha contra la piratería en la industria del anime. Mientras los estudios japoneses invierten cada vez más en producciones de escala internacional, también refuerzan sus mecanismos de seguridad legal para proteger sus obras. Para los fans, representa un recordatorio sobre la importancia de disfrutar del anime de forma ética y legal.